Santiago Vargas es desposeído, por el pleno municipal, de su cargo de concejal de Cultura, Medio Ambiente y Turismo del Ayuntamiento de Begíjar. Desde anoche, es un edil raso del PP a la espera de que se formalice su paso al grupo de no adscritos. Su marcha deja en el aire la mayoría absoluta de los populares.
Santiago Vargas abre la caja de los truenos en el municipio. Su enfrentamiento con el alcalde, Damián Martínez, y el resto de sus compañeros de grupo, a los que acusa de urdir un complot contra él, pone en la picota al Gobierno del PP. El municipio de La Loma vive uno de los episodios más estrambóticos de su democracia. Un sainete interpretado por un concejal al que sus compañeros de Corporación, incluidos los del PSOE, IU y PA, dejaron, ayer, sin áreas de Gobierno y a la expectativa de su incorporación al grupo de no adscritos.
Desde el punto de vista político, su salida del Grupo Municipal del PP coloca al alcalde en una situación comprometida: sin la mayoría absoluta y con la posibilidad de que se produzca un cambio Gobierno. A simple vista, el caldo de cultivo perfecto para que PSOE, IU y PA unan sus fuerzas y destronen al PP del poder.
Sin embargo no será así, en principio. Damián Martínez agotará el mandato “sin sobresaltos”, porque, entre los planes de la oposición, no entra, por ahora, desbancar al PP. Para el PSOE, IU y el PA, se trata de un asunto de carácter interno en el que no quieren entrar. Pero, en realidad, tampoco se fían de Santiago Vargas, director del Museo de Artes y Costumbres Populares de Begíjar, quien llegó a la política como independiente. “Tras muchas zancadillas, vejaciones y circunstancias, me obligan a pasar al grupo de los no adscritos. En él espero no ser sometido a más tratos dictatoriales que perjudiquen mi salud, mi vida personal y mi carrera política”, justifica Santiago Vargas. Su jefe de filas, hasta ayer por la tarde, opina todo lo contrario. Para Damián Martínez, su dimisión es un alivio. “Hace tiempo que perdí la confianza en él y estaba loco por que se fuera”, añade. La relación entre ambos se fue minando por “afán protagonista” de Santiago Vargas, según el alcalde, y los “celos” que despertaba su “buena gestión” entre el equipo de Gobierno, según el concejal “proscrito”. “La gota que colmó el vaso —relata el regidor— fue cuando me pidió que hiciéramos a su abuela, que fue canastera, hija predilecta del municipio”. Las tensiones entre Vargas y sus compañeros llegaron al extremo de votar en contra de los presupuestos del PP. “Es muy extremista, soberbio y complicado. Le gusta ser el protagonista”, asegura el portavoz del PA, Pedro José Jódar. “Por ética, debía haberse ido de la Corporación, porque los ciudadanos votaron a unas siglas y no a una persona”, remata su homólogo en IU, Miguel Martínez. El PSOE no hizo valoración alguna.
EN PARALELO
Los populares rompen la hegemonía del PSOE
La “marea azul” también llegó a Begíjar. El PP, con Damián Martínez a la cabeza, consiguió acabar con la hegemonía del PSOE en el pueblo por primera vez en la etapa democrática. Hasta ahora, el mandato de los populares había sido plácido. Tanto es así que ni IU ni el PA ponen reparos a su gestión, de momento.
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